Funermostra habla Paulo Moniz Carreira, director general de negocio de Servilusa – Agencias Funerarias y presidente de la Asociación Portuguesa de Profesionales del sector Funerario, que reflexiona sobre el avance del sector y la necesidad de que las administraciones acepten qué las funerarias son una parte integral de la cadena de salud.
1. ¿Cómo puedo resumir en pocas palabras la respuesta que ha dado al sector la crisis de salud de covid-19?
Es una situación extraordinaria que ninguna de las generaciones actuales ha vivido hasta hoy y, por lo tanto, todos tuvimos que aprender rápidamente y adaptarnos a medida que surgen nuevas dificultades.
El sector funerario es una actividad esencial, parte de la cadena de salud del país, por lo que su preparación y profesionalidad son esenciales para responder a situaciones de crisis como esta.
En Portugal, a pesar del continuo crecimiento de los casos de Covid-19, el número de muertes por este motivo sigue siendo muy bajo, lo que permitió mantener el control logístico de los funerales. Aquí, las ceremonias son rituales muy rápidos que duran entre 36 y 48 horas después de la muerte.
Las funerarias tuvieron que adaptarse para proporcionar una respuesta segura a las familias, respetando las reglas y los límites impuestos por las autoridades de salud, y la principal preocupación era crear las condiciones ideales y factibles entre la familia, ya que es donde había mayor riesgo de contagio.
Aunque no siempre es reconocido por el público en general, las funerarias merecen el respeto de todos por el trabajo que realizan en estas difíciles condiciones, teniendo en cuenta la importante misión con las familias.
2. ¿Crees que los medios han informado justamente sobre el sector? ¿Crees que la sociedad ha tratado con justicia a todos los profesionales?
Al ser una crisis totalmente nueva y desconocida para todos, movía gran cantidad de información diaria en todos los lugares del mundo. Creo que en este contexto es difícil crear ideas justas sobre este o cualquier otro sector. Hubo mucha especulación, mucha desinformación y muchos datos que requirieron una selección cuidadosa. Los propios hospitales interpretaron las pautas nacionales e internacionales de manera diferente, creando una mayor inseguridad para los profesionales de nuestro sector.
Todas las funerarias, como cualquier otro negocio, deberían saber cómo administrar información confiable y saber elegir las fuentes correctas, dando preferencia a las autoridades de salud e informes oficiales y saber cómo administrar su actividad, brindando el mejor servicio de seguridad para sus empleados y familias.
3. ¿Qué tres conclusiones sacaría de la situación experimentada durante la crisis de Covid-19 en el sector?
Los planes de contingencia son una realidad que cualquier funeraria siempre debe tener en cuenta, especialmente cuando no estamos seguros de las causas de muerte del difunto. La capacitación profesional y la cualificación de los empleados es una condición fundamental para enfrentar cualquier crisis, a nivel de salud o social.
Por lo tanto, y de una vez por todas, las autoridades de salud deben asumir sin complejos que el sector funerario es una parte integral de la cadena de salud y, como tal, que debe tener una voz activa y participativa en la definición de los protocolos respectivos.
Por último, creo que el proceso de duelo debe ser considerado por la sociedad y las autoridades, con la idea de que cuando no se procesa bien puede provocar complicaciones y desarrollar crisis patológicas. De esta manera, las funerarias juegan un papel importante, en la búsqueda de soluciones dignas para dar una despedida al difunto, incluso en los peores momentos. Las soluciones tecnológicas que surgieron en esta crisis son un buen ejemplo.
4. ¿Qué crees que cambiará en el sector después de todo lo que has experimentado?
Todas las crisis traen desarrollo debido a las dificultades experimentadas. Muchas funerarias han aprendido a trabajar con mayor respeto por las condiciones de seguridad. Hubo un desarrollo más rápido de nuevos servicios. Muchos no fueron completamente innovadores, pero tuvieron una penetración más lenta en el mercado, como la transmisión o las condolencias en línea. Por otro lado, quién sabe si le daremos más valor a lo que más hemos echado de menos: el contacto humano.
5. ¿Volverán los memoriales? ¿Cómo serán?
Creo que sí. Sin embargo, estoy convencido de que se complementarán con los nuevos servicios digitales que se han desarrollado en esta crisis, especialmente cuando tenemos cada vez más familias separadas físicamente debido a la movilidad profesional que hemos visto en Europa. En Portugal, el movimiento de ceremonias más rápidas que ya hemos visto continuará o se acelerará, algo que obligará a las funerarias a repensar su oferta de servicios.